viernes, 18 de noviembre de 2022

 Hay canciones que llevan tu nombre,

como estribillo escondido, 

como ritmo que detrás de las rimas, 

como frase,

como acorde. 


Y las escucho y tú, 

toda tú, 

estás presente. 

Tu cuerpo siempre fue de luz. 

Deseo de luz, 

fuego dulce

pero violento, 

como el ardor del vino  en la garganta. 


Y yo no puedo concebir, 

no puedo creer que ese ato de luz de tu cuerpo, 

te haya traicionado. 


No puedo creer que fuego se apague, 

que el vino se seque sin consumirse la botella. 


No puedo creer que tú, con toda tu luz, 

no existas ya aquí, en esta tierra.