jueves, 3 de abril de 2014

Lorena B.

Tenía el cuerpo de luz.
De luz tan blanca
que se hacía leche
cuando andaba

Tenía la cintura
hilvada con un hilo blanco
que le señia el cuerpo

y le daba la silueta

de una estatuilla de marmól

El marmól mismo palidecía a su lado

de envidia

por la luz que se colaba
por debajo de las bolsas de los ojos

y el rosa de sus mejillas
se encendía
como una rosa de castilla
deshojada a destiempo.


Ella vivía, sin embargo,
como si fuera
cualquier chica
con un bonche de papeles en el saco
un ensayo para corregirles los errores
un tren al que se debería llegar a tiempo

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