
Fuimos como esos animales que no le temen al hombre:
no le temen porque nunca lo han visto,
porque nunca les has atravesado la carne
con una bala que les haga explotar los tendones.
Temeremos, hombre mío,
ahora temeremos,
porque los proyectiles nos han explotado en el cuerpo
y las esquirlas arden.
Curvearemos nuestras espaldas
escondiendo el rostro hacia la sombra
Nos lameremos
las heridas
Nos tendremos lastima
y dolo
antes de volver a salir a la caza.
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