martes, 29 de julio de 2014

Lepra

Somos la generación de la lepra



Somos la generación del gigante derruido

desmoronado

Inmenso que nadaba

en el agua cristalina

sin darse cuenta que poco a poco

se desmenuzaba

y las manos, las anchas espaldas,

los ombligos

flotaban por si solos

hacia la boca del río


Somos la generación del gigante

que al salir del agua

no sé dio cuenta que le faltaban las manos

los dedos

los ojos


Lo que llegó a la orilla

a secarse con el sol

fue tan sólo el amasijo de carne más interno

el estomago hipócrita

el insensato intestino

porque la piel se desmenuzo toda en el agua

Unos trozos

de epidermis

se quedaron

en pequeñas escuelas

de a 30 pesos la hora

y otros se fueron a meserear

en la frontera

y a escribir en servilletas

hermosos panfletos políticos


Algunas orejas

se atascaron en la tablaroca

de las oficinas

Ágiles y tibios

varios dedos

se perdieron en escuelitas rurales


en casas de henequén tejido.


Otros somos simplemente

los ojos

que decidieron ahogarse

en el agua

turquesa

de la juventud

no ver nunca más allá

y regocijarse

con bibliotecas que no saben de salarios

ni de préstamos

Ojos que se engañan

con la luminosidad de trabajos pagados por hora

y tardes vacías


Otros más, somos los labios

que flotando

cruzaron el charco

y se volvieron

lentamente

los sumos de arena

de otra costa.


Somos la generación del gigante

que mientras se bañaba en el agua

no vio a la lepra lamerle el lomo.


Y lo que llegó a la playa,

a secarse bajo el sol

fue tan sólo un amasijo de carne

informe.

domingo, 11 de mayo de 2014

Naim (o Geografía de los chasquidos)


Me preguntaste si en Turquía no hacían así
Si no chasqueaban la boca para decir que no
Como tú lo hacías ahora conmigo.

Quizás tu pregunta era inocente
Quizás querías de verdad saber
Qué había aprendido yo
Cuando pise una tierra
tan cercana a la tuya

Pero no

Tu pregunta
Era
En realidad
tu manera de recordarme
Que nuestros caminos se habían bifurcado
Mucho antes de siquiera
De saludarnos por primera vez
En Boulevard Jourdan.

***


Todo país que chasquee la lengua para decir que “no” es tierra de dátiles y olivos.
Todo país que chasquee la lengua para decir que “no” es tierra de hombres callados y soñadores, que hablan sin abrir la boca; que niegan sin negar de veras.


Lunares

Te mentí
El lunar de mi boca no tenía nombre alguno
Te dije que se llama Janik por una suerte de lealtad…
a mí misma
 a otros…

(En turco, lunar se dice “yo”

“Hay un yo en mí”,
Dices entonces)

Pero ese lunar tendría
Que llamarse “Padre”
Por todas las veces
En las que mi padre
Le cantó

“ese lunar que tienes…
Cielito  lindo
Junto a la boca…”


Si pudiera
Rebobinar el tiempo

(como un casete con un lápiz
como hacía de niña)

Te pediría
Fueras  tú quien le diera nombre
Para que al sacar la lengua
para mojarme los labios

Te recordara un poco. 

jueves, 24 de abril de 2014

Poetas

Existen los que se quedan adentro.

Tampoco es difícil,

es cuestión de mucha paciencia

de jalarle el humo a los cigarrillos

hasta el fondo

para que aparezca el rojo del fuego

que pa'pronto se convierte en ceniza.


Los que nos fuimos

somos los traidores,

los envidiados,

acaso,

que se llenaron

los ojos de mundo.

Los olvidados también,

los desconocidos

que no esperaron su turno.




viernes, 18 de abril de 2014

No sé nos acabó el amor, se nos acabó la paciencia, que es casi lo mismo...
Tampoco sé porque se nos acabó el amor, amor mío,

Quizás nuestro amor era,

como esa arena que uno aprieta en el puño

para acarrear de un lado a otro de la playa.

Si lo haces rápido,

la arena se mezclará con toda la mar

y sentirás toda su grandeza.

Si  tardas demasiado,

al contrario,

llegas a la meta

con las palmas vacías.