Existen los que se quedan adentro.
Tampoco es difícil,
es cuestión de mucha paciencia
de jalarle el humo a los cigarrillos
hasta el fondo
para que aparezca el rojo del fuego
que pa'pronto se convierte en ceniza.
Los que nos fuimos
somos los traidores,
los envidiados,
acaso,
que se llenaron
los ojos de mundo.
Los olvidados también,
los desconocidos
que no esperaron su turno.
Tampoco es difícil,
es cuestión de mucha paciencia
de jalarle el humo a los cigarrillos
hasta el fondo
para que aparezca el rojo del fuego
que pa'pronto se convierte en ceniza.
Los que nos fuimos
somos los traidores,
los envidiados,
acaso,
que se llenaron
los ojos de mundo.
Los olvidados también,
los desconocidos
que no esperaron su turno.
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