jueves, 17 de abril de 2014

El ezan

El ezan de la madrugada le daba miedo cuando tenía cinco años, me confesó él.

Imaginé un cuarto profundamente azul.

Lo imaginé a él, con el rostro que tendrá alguno de mis hijos, con las púpilas abiertas y luminosas como hatos de luz. Imagine su miedo y su rostro suave.



Afuera Polifemo canta. Afuera canta el gigante de dios, y en el hogar, el niño que aún no tengo teme.


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