La nostalgia se sale del cuepo poco a poco.
A veces, sin embargo, necesitas rascartela de la piel
con las uñas
como esas capas de pegamento blanco
que nos poníamos de niños en los dedos
y que cuando lograbamos arrancarla
en una pieza
eran una copia perfecta de nuestras huellas.
Pequeño monumento dactilar
que admirabamos unos segundos
para luego apretar
de nuevo
entre índice y pulgar
una gota más de pegamento.
A veces, sin embargo, necesitas rascartela de la piel
con las uñas
como esas capas de pegamento blanco
que nos poníamos de niños en los dedos
y que cuando lograbamos arrancarla
en una pieza
eran una copia perfecta de nuestras huellas.
Pequeño monumento dactilar
que admirabamos unos segundos
para luego apretar
de nuevo
entre índice y pulgar
una gota más de pegamento.
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