He vuelto a escribir poesía y se lo debo todo a Siria. No puedo creer cuántos años había pasado sin escribir poesía. Años.
No recuerdo bien (con qué facilidad se olvida). Si me lo dijo en la cocina de la casa de Marruecos... o afuera de la casa de México, pero me dijo, palabras más palabras menos y obviamente en hermoso francés: -Antes escribía, antes escribía mucha poesía pero luego dejé de escribir porque tenía que ser serio, tenía que hacer cosas serias y crecer y hacer cosas de adulto-
Entonces me ví como en un espejo.
Algo se desbloqueo dentro de mí, y en cuanto estuve sola volví a escribir poesía.
Yo no quiero crecer ni hacer cosas serias, ojalá que Siria tampoco lo haga, o a menos, que seamos una suerte de Peter Pan de media noche, que descrezca cuando sea necesario, o cuando los poemas se nos quieran salir de las puntas de los dedos.
No recuerdo bien (con qué facilidad se olvida). Si me lo dijo en la cocina de la casa de Marruecos... o afuera de la casa de México, pero me dijo, palabras más palabras menos y obviamente en hermoso francés: -Antes escribía, antes escribía mucha poesía pero luego dejé de escribir porque tenía que ser serio, tenía que hacer cosas serias y crecer y hacer cosas de adulto-
Entonces me ví como en un espejo.
Algo se desbloqueo dentro de mí, y en cuanto estuve sola volví a escribir poesía.
Yo no quiero crecer ni hacer cosas serias, ojalá que Siria tampoco lo haga, o a menos, que seamos una suerte de Peter Pan de media noche, que descrezca cuando sea necesario, o cuando los poemas se nos quieran salir de las puntas de los dedos.
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